El fenómeno emprendedor parece haber inundado España y prácticamente gran parte del planeta. Con la caída del sistema económico de toda la vida muchos han dado el paso a crear sus propias empresas o simplemente convertirse ellos mismos en una empresa ofreciendo sus servicios.

Aun así, todavía parece como si una persona que quisiera dar dicho paso fuera un bicho raro. Alguien que se cree que puede salirse de la línea establecida y buscarse la vida sin tener que hacer lo que se ha hecho siempre.

Por eso, para mí hay algo esencial a la hora de emprender o buscarte la vida por tu cuenta: el apoyo emocional. Tener a alguien detrás tuya que entre tantas voces que dicen "abandona" o "estás perdiendo el tiempo" te diga "te apoyo" o "creo en ti".

apoyo emocional

Foto: antony_mayfield vía photopin cc

La soledad del emprendedor

Tanto si estás creando una startup por tu cuenta como si simplemente has creado tu blog y quieres ganarte la vida con ello, estás solo. Incluso aunque esa startup tenga más participantes, siempre se necesita un apoyo desde fuera.

El problema es que normalmente hasta tus más allegados son escépticos con tu proyecto. Sobre todo en el caso de muchos padres o familiares de mayor edad que no comprenderán muy bien qué estás haciendo y creerán que estás perdiendo el tiempo.

"Busca un trabajo de verdad", "si tú no haces nada" o "lo que tienes que hacer es irte a otro país y dejar de hacer tonterías" son varias de las frases que he escuchado yo mismo tras arrancar mi pequeña aventura con el blog y con BIRRapp.

Cuando empiezas a ver resultados estas frases pierden efecto, además de que dejan de tener mucho sentido. Pero en el origen, justo cuando empieza a gestarse la idea como por ejemplo cuando arrancas con un blog o estás totalmente centrado en la fase de desarrollo de tu startup estos comentarios hacen bastante daño.

Te pueden hacer pensar que quizás tienen razón, que si lo dice tanta gente por algo será y que a lo mejor podrías dejar todo esto como algo secundario e irte a buscar un trabajo que te de ingresos y experiencia. Aunque después de lo primero vas a encontrar poco normalmente, aunque ahora que han subido un 0,5% el salario mínimo puedes ganar hasta 36 euros más al año...

Cómo contrarrestar la falta de apoyo

Si has empezado tu proyecto y te ocurren ese tipo de cosas, lo mejor que puedes hacer es buscar apoyos fuera y seguir adelante. Encuentra personas que hayan tenido éxito, contacta con ellas, pídeles consejo e incluso busca un coach o mentor si lo necesitas.

Eso sí, si contratas un mentor o coach tienes que tener muy, muy, muy, muy (y mil muys más) claro qué es lo que quieres hacer. Un coach no es alguien que vaya a decirte lo que tienes que hacer, cómo hacerlo y de paso solucionarte la vida. Te ayudan a llegar de A a B, pero tienes que saber qué es B para que puedan hacerlo.

Además, siempre habrá alguien de tu circulo cercano que te comprenda más o menos, salvo que tengas muy mala suerte. Cuéntale a esa persona lo que haces, cómo lo haces, los resultados que vas viendo y pídele opinión. Aunque no sea ningún experto en nada que te sirva, simplemente que alguien converse contigo sobre tu proyecto te ayudará a creer más en él.

No pierdas tu energía en intentar hacer que todo tu alrededor cambie de opinión y vea lo que haces como tú lo ves. Lo mejor que puedes hacer para que cambien su pensamiento es demostrar que vas en el buen camino y para eso no hay nada mejor que avanzar. Directamente, ignóralos.

Poco a poco verás que, si lo haces bien, los resultados empezarán a llegar y podrás ir respondiendo sin tener ni siquiera que hablar con todos aquellos que dudaban de ti y siempre te señalaban.

Quiero ser tu apoyo

En caso de que te encuentres en un tipo de situación como la que he comentado, me encantaría apoyarte. Tengo un servicio que engloba en una parte este tipo de apoyo, el de marca personal, pero no me refiero a eso. Simplemente si necesitas ayuda, una opinión o alguien a quien consultar, mi correo está abierto para ti.

Ya he recibido algunos correos de personas que tenían dudas sobre de qué abrir su blog, cómo orientarlos o simplemente de qué hacer con su vida en su situación actual. Y me encanta recibirlos, no me importa echar parte de mi tiempo en echar un cable.

Así que si quieres, aquí me tienes 😉

El sistema económico de toda la vida está muerto. Admítelo, nadie va a venir a contratarte por tener tus dos títulos, tu Máster de "especialista en x" y tu certificado de B2 en inglés. Si te quedas esperando en tu casa o esperas que Podemos te solucione la vida el año que viene, sigue esperando.

Aun así, miles, que digo, millones de personas de mi edad se siguen aferrando a que algo aparezca de la nada y les solucione todos sus problemas. Se confía en que ese sistema económico en el que uno estudia, se gradúa, echa currículums y consigue un trabajo va a volver en cuanto acabe la crisis.

Yo no soy ningún experto economista, pero te digo que ese sistema está muerto. El problema es que el ser humano tiene que pasar un proceso de duelo para cualquier pérdida, y la muerte de todo lo establecido hasta hace unos años no es algo que se haya digerido todavía muy bien.

Por eso, hoy he decidido comparar la situación actual con dicho proceso de duelo, ya que cada una de las seis etapas es perfectamente comparable a las situaciones que muchísimos vivimos hoy en día.

Y no voy a explicar cada fase de manera teórica ni usando ejemplos externos. Voy a usar mi propia experiencia, ya que creo que durante este año he pasado prácticamente por las seis.

fases del duelo

Foto: Nick in exsilio vía photopin cc

Fase de negación

Aquí es donde está el 90% de los estudiantes, por desgracia. Al estar ocupado estudiando, te niegas a ti mismo que no vaya a haber un fruto esperando todo el trabajo que llevas realizando desde que tienes 5 años.

Piensas que la situación no está tan mal, que realmente es que la gente se queja mucho, que hay demasiada gente poco cualificada y que la televisión tiende a exagerarlo todo.

Seguro que echando un par de currículums, con mis buenas notas, un currículum bien diseñado y con mi nivel medio de inglés consigo un trabajo. Y sino tampoco tengo prisa, soy joven y seguro que el país mejora.

Y si no encuentro nada, también puedo estudiar un máster y seguir formándome para que cuando el país mejore, que va a mejorar, estar más formado que el resto del mundo y encontrar trabajo antes.

Fase de ira

Cuando llevas uno o dos meses fuera de la Universidad o tras haber acabado cualquier tipo de estudios, empiezas a cabrearte. Has mandado tus currículums, que tenían un diseño chulísimo y rompedor, has preguntado por todos lados para conseguir trabajo y lo máximo que has conseguido es algún "me gusta tu perfil, pero no buscamos a nadie actualmente".

Piensas que quizás la carrera que elegiste no era la que tenía más salidas. Que has perdido mucho tiempo en vez de aprender otras cosas y que por eso nadie te contrata. Pero principalmente piensas que la culpa no es tuya, la culpa es del Gobierno, de los empresarios, de la Universidad, de esa empresa que no te ha contestado a tu currículum y hasta de tus personas más queridas por no ayudarte a conseguir el trabajo.

No te das cuenta de que nadie puede ayudarte, si ni siquiera tú te estás ayudando a ti mismo. El enfado es tal que en este punto es donde se queda la mayoría y nunca pasa al siguiente.

ira

Así te levantas cada día en esta fase...

Fase de negociación

Llegar aquí ya es un logro, porque al menos intentas buscar una solución a tus problemas en vez de esperar a que algo o alguien te arregle la vida. Empiezas a ver que quizás puedes hacer algo mejor, buscas maneras de destacar por encima del resto y te das cuenta de que lo que antes valía y no sirve.

El problema está en que tu cabeza sigue aferrada a que te tienen que contratar y tienes que trabajar para otro. En mi caso dejé de quejarme, de mandar currículums de cualquier manera y de hacerlo todo como lo hacía todo el mundo.

Creé una landing page en la que contaba todo sobre mí, mostraba lo que sabía hacer además de decirlo e hice una pequeña campaña de e-mail marketing usando una base de datos de agencias de publicidad creada a base de rastrear Google.

Lo llamé Quiero ser Trainee y lo que hacía era ofrecerme para ser becario en una empresa de publicidad, ya que creí que mi problema era la falta de experiencia. Por lo tanto, si me contrataban de becario, unos 6 meses trabajando podrían ser una buena piedra de toque para solucionar mi vida.

Por lo tanto, había dejado de quejarme, pero seguía estancado en el modelo de toda la vida en el que tenía que ir a buscar que alguien me contratara y a cambio yo le daría mi alma, mi tiempo y todo por unas prácticas. ¿Una locura? En ese momento me parecía algo razonable, que la cosa está muy mal.

Mi estrategia funcionó. Mientras que unos meses antes solo habían contestado si acaso una o dos empresas para decirme "no, gracias", ahora en mi buzón aparecía cada día un correo de una empresa distinta.

La mayoría no eran para decirme "estás contratado", pero me animaban, me decían que iba por el buen camino, que estaban impresionados y demás. Eso me hinchaba por dentro y me hacía decirme "ok, vamos bien".

Pero de pronto comenzaron a llegar las entrevistas, claro que ninguna en un sitio con tan poco empleo como mi provincia, Cádiz. Por ello estuve un par de semanas yendo y viniendo a Madrid en autobús y viajando unas 16 horas en más de un día para poder permitirme ir a todas las que pudiera.

Empezaba a ver la luz al final del túnel, o eso creía.

Fase de dolor emocional

¿El problema? Ninguna me contrató o la opción que me daban era totalmente inviable, salvo que viviera de prestado en algún sitio o directamente no tuviera dinero ni para comer. Y aquí llega otra fase incluso peor que la de la ira, la del dolor emocional.

Te deprimes, piensas en qué estarás haciendo mal si has creado un entorno perfecto para conseguir algo que no parece tan difícil y en por qué no te han escogido si has dado todo lo posible en los procesos de selección.

Empiezas a pensar que todo lo que has hecho no vale para nada, que aunque sigas yendo nunca te van a contratar y que no te queda otra que tener que ir a hacer lo mismo que has hecho aquí en otro sitio. Es decir, emigrar en búsqueda de empleo.

Esta puede ser la fase en la que se queda otro alto porcentaje de los que pasan este proceso. Han remado mucho más que otros, han intentado ser diferentes, pero al final se han hundido en la orilla.

sin salida

Fase de aceptación

Es muy difícil llegar aquí, aunque por fin parece que muchos están pasando a esta fase en vista de que esperando no van a conseguir nada.

Por fin te has dado cuenta de que no es que todo lo que has hecho esté mal, sino que lo has enfocado mal. Has centrado todos tus esfuerzos en intentar entrar en un sistema que no existe, intentando aferrarte a algo que está muerto y no va a volver.

El cielo se empieza a ver más claro y tu cerebro empieza a pensar de otra manera. Descubres que más allá de que te contraten hay muchísimas maneras de ganarse la vida, que realmente sabes mucho más de lo que creías y que puedes ser válido y aportar mucho al resto si te lo propones.

Por fin te desprendes de esa creencia de que la culpa es de otros y que tienes que esperar que vengan a rescatarte.

Extra: fase de acción

No vas a encontrar esta fase en ningún libro sobre el duelo, porque no vendría mucho a cuento, pero en este caso sí. Tras haberte dado cuenta de todo lo anterior, te tienes que poner las pilas y empezar a generar.

Yo decidí abrir mi blog, ofrecer mis servicios e intentar asentar mi marca personal día tras día trabajando a partir de aquí. Sabía que no era un sprint de 100 metros, sino una maratón, pero que me daría resultados porque estaba convencido (y estoy) de que puedo ayudar y ofrecer algo distinto.

Además, orienté este blog para ayudar a este tipo de personas que se han quedado en alguna de las fases anteriores por las que yo mismo he pasado. Al final se ha diversificado hacia varias ramas, pero sigue siendo uno de mis grandes y principales objetivos (sino no haría este tipo de posts).

Como puedes ver en mi balance de noviembre, no me ha ido nada mal. Sinceramente agradezco el no haber sido contratado en ninguna de las empresas que me entrevistaron. De no ser así, quizás no existiría ni este blog, quién sabe, y no habría conocido a gente tan grande como la que estoy conociendo.

Yo hice esto, pero tú puedes hacer otras tantas cientas de cosas. Yo no soy ningún experto en nada, de hecho estoy en constante aprendizaje y echo muchas horas del día aprendiendo más que enseñando a nadie, por lo que no saber de nada tampoco es una excusa.

¿Buscar empleo es malo?

Y tras esta parrafada, quiero dejar clara una cosa. No estoy diciendo que buscar empleo esté mal, ni mucho menos, pero creo que ese sistema tradicional del que ya he hablado muchas veces por aquí no tiene sentido en personas de mi edad.

Somos una generación perdida dentro de ese sistema, como una pescadilla que se muerde la cola entre la falta de experiencia y la supuesta sobrecualificación por la titulitis extrema. Nos ha cogido a todos en medio de este cambio, y es normal que estemos desorientados.

Al menos yo tengo la esperanza de que los que vienen un poco por detrás pueden tener las cosas más claras. No es que les vaya a coger de nuevas y prácticamente el sistema ya estará muerto para cuando lleguen a la Universidad.

Tengo esperanza en que por ahí haya más Emilios y menos Nicolases.

Y hasta aquí llega mi primer post navideño. Si te has identificado con alguna de estas fases o las has superado todas y quieres contar tu experiencia, te agradeceré con mil abrazos virtuales que escribas en los comentarios 🙂

¿Cuántas veces os han hecho esta pregunta en vuestra vida? Seguramente más de las que podáis recordar. Y es una pregunta que es difícil de contestar, muy difícil, sobre todo porque la mayoría de las veces se lo preguntan a chavales que ni siquiera han pensado todavía que quieren hacer con su vida.

Pero… ¿y si te lo pregunto ahora? Conozco a muchísima gente de mi edad (25 años) que no sabe qué quiere hacer con su vida y que a esta pregunta no te podrían contestar más que con respuestas que no llevan a ninguna parte.

Y eso es un problema.

Si no sabes a dónde vas… ¿cómo sabes qué camino vas a coger? ¿Vas a ir dando tumbos de un lado a otro hasta que se te encienda la bombillita y descubras qué quieres hacer con tu vida? No creo que quieras hacer eso.

Pero este no es solo un problema de universitarios y recién licenciados. ¿Y todas las personas que han sido despedidas con edades superiores a 40 años? ¿Qué hacemos con ellos? Muchos se sentirán perdidos, desubicados y sin saber hacia dónde ir.

Pues tengo una buena noticia para todos: aún tienes la oportunidad de elegir qué quieres ser de mayor. La edad nunca es un impedimento. Nunca. El otro día pudimos ver a Emilio de Campamento Web, que ya está generando dinero y asentándose en el mundo online. También conozco personas de más de 40 años que se han reciclado y ahora mismo trabajan como Community Manager y demás tras estar fuera de onda durante mucho tiempo.

Solo hay que saber a dónde quieres ir, qué te va a hacer falta para llegar y tener mucha voluntad, muchísima. (más…)

Hoy en día está más de moda que nunca el enchufe y podría decirse que es un buen enemigo de la marca personal. Es el término que usamos para decir que alguien ha colocado sin ningún motivo razonable ni justificación alguna a una persona conocida (o conocida de un conocido) en un puesto de trabajo para el que había gente mucho mejor preparada que él o ella. Y entonces… ¿el networking es una manera moderna de darle otro nombre al enchufe?

la diferencia entre el enchufe y el networking

Foto: ashraful kadir vía photopin cc

Qué es el networking

No, no por favor. El networking es literalmente trabajar tu red de contactos, conseguir llegar a nuevas personas a través de contactar con ellas, ayudarlas, interactuar y establecer una relación que dure más que cuatro comentarios sueltos a través de una red social. Y aquí la marca personal tiene mucho, mucho, muchísimo que decir porque será tu tarjeta de presentación tanto online como offline.

El networking es ir a eventos y relacionarse, contactar directamente con empleadores e influencers saltándote los pasos típicos, llamar la atención de las personas que quieres que te tengan bajo su radar haciendo acciones que sepas que les van a gustar. Todo eso, y mucho más, es el networking y yo ahí no veo nada de enchufe. Aquí hay que trabajarse los contactos.

Networking vs enchufe

No es lo mismo que alguien te elija para un puesto de trabajo simplemente porque te conoce o sea familiar tuyo a que lo haga porque te conoce y sabe que estás cualificado para cumplir en gracias a haber tratado contigo.

Por ejemplo, ¿es lo mismo que te contrate un conocido de tu padre porque le haya insistido a que te contrate un seguidor de Twitter para que le hagas su página web porque te conoce, lee tu blog y has hablado con él varias veces? Pues no, claro que no.

El primer contacto es gratuito y lo tienes simplemente por ser hijo de tu padre. No quiero decir que todos los familiares que contratan a otros familiares lo hagan simplemente por esto, pero tú no te has ganado ese contacto y por lo tanto podríamos determinar que estamos ante todo un enchufe.

El segundo contacto es uno que has trabajado. Has creado un blog con el que has resuelto alguna de sus dudas o necesidades y establecido una buena marca personal, has estado en contacto con él, lo has ayudado sin pedir nada a cambio y sin conocerlo de nada y además interactúas habitualmente con él por Twitter. Este contacto te lo has ganado con el trabajo que conlleva hacer un blog, escribir, mantenerlo, trabajar mínimamente las redes sociales y no ser una momia que no contesta a nadie.

Cómo hacer networking

No es una ciencia ni tiene una fórmula perfecta, pero probablemente estos tres consejos que te voy a dar sirven para cualquier ámbito y pueden ayudarte a la hora de ampliar tu red de contactos “no familiares o conocidos”, aunque previamente deberías trabajar tu marca personal y tenerla bien definida. Para ello te recomiendo hacer el test de marca personal que publiqué hace un par de semanas ;

1. No seas uno más

Cuando hagas un comentario en un blog, cuando escribas un email, cuando comentes en Twitter, Facebook, Linkedin, Google+ o cuando hagas cualquier tipo de contacto con las personas que quieres llegar a tener en tu red de networking hazlo distinto. Un simple “gracias” en un comentario no genera conversación, un mensaje por defecto para conectar en Linkedin genera rechazo y compartir siempre un artículo sin dar opinión en Twitter solo generará un favorito con un valor menor del que podríamos sacar.

Por ejemplo, si compartes en Twitter un artículo de mi blog con el formato clásico probablemente te haré un favorito porque quiero que veas que agradezco que lo hagas y me parece un gran gesto. Pero, sin embargo, si añades una simple frase a ese post que compartes con una valoración, te voy a contestar con otro tweet y podremos generar una conversación en la que al final puede que te siga o acabemos estableciendo una buena relación.

Yo no soy un influencer (más quisiera), pero creo que la mayoría de personas funcionamos así. A todos nos gusta que nos valoren, que nos comenten y sobre todo que haya gente que se interese tanto por nuestro contenido que es capaz de hacer una valoración profunda de él.

2. Ofrécete

Si ves un blog que te gusta y sabes que tienes las cualidades para echarte un cable al blogger en cualquier aspecto, no tengas miedo y ofrece tus servicios. Deberías de tener, al menos, una pequeña relación previa habiendo dejado comentarios en su blog o conversaciones a través de redes sociales, en eventos o por cualquier motivo. Entrar directamente sin aviso previo es sinónimo de fracaso.

Lo mismo te dice que no, te dice que sí y que te paga x, te dice que le gustaría intercambiar servicios o cualquier otra sugerencia. ¿Tienes algo que perder? NO. Hazlo, que es gratis y seguro que en un alto porcentaje de ocasiones el valor que te generará enviar un simple email o una llamada de teléfono será tan alto que te lamentarás de no haberlo hecho antes.

3. Premia a tus contactos

Si ya has sido capaz de ampliar tu red de networking, debes trabajarla. Al igual que una web que llega al primer puesto de Google y cae si no sigue siendo trabajada, lo mismo pasará con tus contactos.

Me encanta usar ejemplos de Twitter (porque muchos lo usáis) así que pondré otro ejemplo con la red social por excelencia de los influencers. Revisa el timeline de este influencer y busca una pregunta, una duda o algo que quiera saber y ayúdale. O simplemente mándale un email con varios enlaces a sitios en los que podrá leer más sobre un tema que sabes que le interesa por lo que has visto.

Otra cosa que podrías hacer es recomendarlos. Si sabes que alguien es el mejor como consultor SEO y encima es contacto tuyo, recomiéndalo y dile a esta persona que cuando contacte con él le diga que va de tu parte. Prácticamente serías un enlace de afiliado de carne y hueso, y hazme caso cuando te digo que no hay mejor “enlace” de afiliado que este porque las recomendaciones son seguramente la técnica más poderosa de conseguir ventas y conversiones.

la diferencia entre el enchufe y el networking 2

¡Este tío me está insultando! Solo soy un simple enchufe 🙁 Foto: Jake Mates vía photopin cc

Y tú, ¿haces networking o buscas un enchufe?

Si sigues pensando que conseguir trabajo a través de tu red de contactos es enchufe, me rindo. Hay muchos que dirán “que suerte el tío ha encontrado trabajo porque le conocía tal de nosequé”, pero salvo que te hayan contratado por ser el hijo/primo/hermano de alguien, de suerte nada.

Deja de decir “que mala suerte tengo” o “que suerte tiene el resto” y créate tu red de networking, que ya no hay ni que levantarse del sillón que tengas delante del ordenador para hacerlo. Si eres emprendedor ve a eventos como los Startup Weekend y pégate 54 horas trabajando para crear una empresa (yo lo hice y ahí va Birrapp, aunque bastante lento).

¿Quieres encontrar empleo? ¿Quiers que te contraten? ¡Nadie va a venir a contratarte por la cara! TRABAJA, TRABAJA Y TRABAJA por conseguir nuevos contactos. Piensa que en un mundo cada vez más competitivo, con personas más formadas (o que dicen estarlo), menos empleo y mucha más demanda tienes que diferenciarte. ¿Y qué mejor manera que siendo un contacto cercano de muchas personas que podrían darte un empleo? ¡A hacer networking ya!

Tienes 25 años, acabas de terminar la Universidad con tus dos flamantes carreras y tienes 20 o 25 cursos online de consumo rápido al estilo McDonalds que hiciste en cuatro noches para rellenar un currículum que aún tienes en papel y al más puro estilo Word 97.

Te han contado que estudiando, siguiendo la línea recta que te marcaron desde chico y con la formación adecuada vas a tener un trabajo y vivirás bien. Tan solo tienes que enviar tu currículum a todas las empresas que conoces del sector y esperar. Pues bien, espera sentado.

nadie va a contratarte

Foto: meehanf via photopin cc

La muerte del currículum-entrevista tradicional

Prácticamente nadie te va a llamar por enviar un currículum por email a una empresa. Algunas reciben cientos e incluso empresas de dos o tres empleados reciben decenas al día. ¿Crees que se van a parar a leer tu currículum vacío y sin experiencia y que te van a llamar? No.

Anteriormente era fácil entrar en un proceso de selección. Había trabajos, había menos titulados y además había buenas expectativas en la mayoría de los sectores de España. Con la crisis todo esto se ha ido más lejos que el famoso penalti de Sergio Ramos ante el Bayern de Múnich. Ya no existe.

Ahora hay menos trabajos, muchos currículums y demasiados titulados. Más bien, demasiadas personas que creen que por tener un título (o dos) merecen tener un trabajo.

Piensa detenidamente qué has aprendido en la Universidad y si te sirve para diferenciarte en algo en un proceso de selección. Probablemente la respuesta sea no, salvo que hayas estudiado algo muy específico o hayas tenido la inmensa suerte de tener grandes profesores (raro, raro).

En definitiva, olvídate de que te vayan a llamar por tener tus dos carreras. A nadie le interesa, de hecho prefieren a una persona con experiencia que a ti, que eres un tierno recién licenciado con cero experiencia y que debe ser moldeado.

El nacimiento del currículum de los hechos

En esta situación no queda otra que dar la bienvenida al, ya más que instaurado, currículum de los hechos. ¿Qué es esto? ¿Lo mismo que el papel en una web? No, no, no, por favor no.

El currículum de los hechos es el que se presenta por sí mismo y no requiere de decir que tienes carreras o cursos para demostrar qué sabes hacer o quién eres.

Es ese portfolio con trabajos magníficos que has realizado por tu cuenta propia, ese blog que tiene 200 entradas en el que habitualmente entran 100 personas al día para leerte o esa experiencia que has conseguido gracias a ofrecerte como freelance de negro (no te habrá quedado otra seguramente) trabajando con amigos, conocidos y pequeños clientes a los que has ayudado para coger experiencia.

Este es el currículum que te lleva a un proceso de selección. Este es el que buscan las empresas. Este es el que llama la atención y sobresale entre los otros cien genéricos y sin vida. Este es el currículum que da trabajo.

No quiero decir que no haya que tener un buen currículum en versión papel/pdf, porque muchas empresas lo van a pedir, sino que ese papel sin vida esté apoyado en algo real, en hechos.

No es lo mismo decir “tengo experiencia en la redacción de contenido” que presentar una lista con posts realizados para otros blogs o tu propio blog. Eso demuestra que sabes hacer algo, no simplemente lo dice.

Trabaja para ti antes que para otros

Antes de buscar trabajo, tienes que trabajar para ti mismo. No estoy diciendo ser freelance ni nada de eso, me refiero conocerte y mejorarte a ti mismo. Si hiciste el test inicial de marca personal deberías haber descubierto tus fortalezas y debilidades, pues ponte a trabajar ahora mismo para decantar esa balanza totalmente hacia el lado de las fortalezas. Por ejemplo:

Son simples ejemplos de cosas que se pueden hacer para obligarte a aprender, a mejorar y a empezar a coger un ritmo de trabajo tan solo trabajando por y para ti. Cuándo ni siquiera sabes en qué eres bueno y en qué eres malo, lo que se te da bien o mal y dónde están por lo tanto tus fortalezas o debilidades… ¿cómo pretendes que alguien te contrate?

A trabajar

Olvida todo lo que te hayan dicho, ponte las pilas y céntrate en trabajar para crear ese currículum de los hechos. El trabajo no va a venir a ti, así que tendrás que ir a buscarlo y para que te llamen tendrás que ser un candidato que tenga las cualidades suficientes. Si has trabajado para ti mismo, seguro que cumples la mayoría 😉

Y ya sabes, si tienes alguna duda o quieres que te eche un cable, ¡comenta que es gratis!

¿Puedes vender algo que no conoces? No. Pues no puedes convencer a otra persona de que eres el candidato ideal para su empresa o vender tus servicios como freelance si no eres capaz ni de conocerte a ti mismo y todo lo que te rodea. Al igual que cuando vendes un producto, tienes que saber todo sobre ti para ser capaz de transmitir tus mejores cualidades y, por supuesto, minimizar tus defectos.

Por eso no hay otro sitio por el que comenzar la cocina de marca personal que por un test sobre ti, en el que resolviendo estas diez preguntas seas capaz de conocerte a ti y todo lo que te rodea. (más…)