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¿Pensando en crear un blog para tu empresa o negocio?
¡Felicidades! Sí, señor. Muy buena idea. Debes de estar emocionado y deseando ponerte a aporrear el teclado, ¿verdad?
Estupendo. Conserva esa motivación (porque te va a hacer falta).
Ahora, una preguntita cortarrollos:
¿Sabes cuántos blogs no llegan a cumplir un año de vida?
Correcto. Justo lo que estás pensando: la mayoría (y media).
Ya, ya lo sé. A ti no te va a pasar eso.
Porque tú eres diferente y tu empresa es especial y, además —modestamente— no se te da mal eso de Internet, ¿verdad?
Claro que sí.
Siento decirte esto, pero eso no es suficiente. Tu toque especial y lo fantástico de tu empresa importan un pimiento en Internet.
A menos que sepas mostrarlo en tu blog, claro.
Pero no te mareo más: al lío.
¿Para qué quieres un blog para tu negocio?, ¿qué quieres conseguir con él? ¿Te lo has planteado? Si no tienes clara esa primera cuestión, mal vamos.
El objetivo de un blog profesional es vender.
Así de sencillo.
Captar y fidelizar lectores. Y llevarlos de la manita hasta el botón de compra de tu web.
Convertir lectores en clientes; esa es la finalidad de todo lo que escribas en tu blog.
Pan comido, ¿eh? 😉
¿Y cómo haces tú eso? Seguro que puedo darte algunas pautas para escribir en un blog profesional, ¿verdad?
Pues sí.
Pero me las he dejado en casa.
Lo que sí tengo es un listado de pasos que te aconsejo seguir a rajatabla (si quieres que tu blog muera de pena sin un mal lector que lo acompañe).
Aquí tienes mi lista de útiles consejos para cargarse un blog desde el minuto 1 (funcionan. Palabrita.):
¿Quién no estaría interesado en escuchar lo que un perfecto desconocido cuenta en uno de los miles de blogs que nacen cada año?
De nuevo has acertado: la mayoría (y tres cuartos).
Qué pena, ¿verdad? Tanto tiempo y esfuerzo dedicados a tu nuevo proyecto y no te va a seguir ni el Tato.
Pero, ¿qué puedes hacer tú para que todos ardan en deseos de leer tu última entrada?
¿Lo tienes? ¿Sí?
A ver si lo adivino: escribir para todo el mundo.
Crear un contenido tan amplio y un estilo tan neutro que puedan leer sin problemas la señora Paquita, vecina de tu abuela, y tu sobrino, el cerebrito.
Claro.
Error garrafal #1: no dedicar el contenido de tu blog a una persona en concreto.
Sí. Has leído bien: a una persona en concreto.
Piensa en tu cliente ideal. En quién quieres que compre tus productos o servicios. Al fin y al cabo, es un blog profesional, ¿no?
Género, edad, situación personal, intereses… ¿cómo es tu cliente ideal?
Escribe para él.
Y solo para él.
¿Qué sentido tiene que la señora Paquita siga tu blog (suponiendo que sepa lo que es eso)?
No le interesa lo que ofreces en él.
No te va a comprar.
Dedica tu blog a tus futuros clientes.
Para adaptar el tono y los contenidos a la persona interesada en tu producto. Para captar su atención, convertirla en seguidora y, finalmente, en cliente.
En realidad, esto ya lo sabes.
Tratas con clientes todos los días, ¿verdad?
Habla a tus lectores tal y como lo harías en vivo y en directo. ¿Por qué no dirigirse a ellos como a tus clientes de toda la vida?
Ayúdales: ¿Cómo puedes serles útil? ¿Qué ventajas tiene para ellos tu servicio?
Lector + contenido interesante + tono adecuado = seguidor
¡Ay, la inspiración!
Aposentarse bajo un frutal y escribir, borracho de inspiración, hasta poner punto y final a una obra… magnifique! (si eres un poeta romántico del siglo XIX).
¿Y tú? ¿Puedes sentarte ante el ordenador y escribir según te dicte tu ánimo ese día?
Por supuesto. Es tu blog, y ahí mandas tú.
Si quieres ser un blogger romántico del siglo XXI, estás en tu casa. Faltaría más.
Pero, ¿serviría de algo?
Bueno… sí: para hacer con tu tiempo y tu esfuerzo una pelotita y tirarla a la basura (horas de tu vida y trabajo desperdiciados: adiós para siempre).
Y para espantar a algún posible cliente que haya aterrizado en tu página por error. Eso también.
Error garrafal #2: no planificar el contenido de tus artículos.
De nuevo: para conseguir tus objetivos e incrementar las ventas.
Levantarse una mañana y compartir con el mundo que hace un día maravilloso puede ser un contenido interesante para la señora Paquita (queremos a la señora Paquita).
Pero a tu lector le da igual (y, probablemente, le asuste).
Y no queremos eso, ¿verdad?
Queremos que se quede pegado a la pantalla. Y que lea tus posts de pe a pa.
En realidad, lo que debes hacer es encontrar un equilibrio entre lo que tu lector quiere de ti (información útil) y lo que tú quieres de él (convertirlo en tu cliente).
Dale lo que quiere y él te lo devolverá con creces. Una simbiosis de libro, vamos.
Publica contenido interesante.
No para la señora Paquita; para tu posible cliente.
Contenido que le ayude a solucionar problemas relacionados con tu producto y que te consolide como marca y como experto.
Que le quede claro que sabes de lo que hablas y que tienes la solución a sus necesidades.
¿Un calendario editorial? ¿Qué es un calendario editorial?
Pues ni más ni menos que una planificación de los contenidos de tu blog.
Una estrategia para dirigir al lector hacia la compra.
Gánate su confianza, fidelízalo y asegúrate de que sabe que le ofreces algo que realmente le interesa.
Planifica los artículos según tus objetivos y la frecuencia de publicación que elijas: cada mes, cada semana o cada 15 días.
Tú marcas tu ritmo, ¡pero dosifica tus fuerzas!
Un blog requiere mucha dedicación: es mejor escribir menos y ser regular que volverte loco al principio y acabar dejándolo por falta de tiempo.
¿Cuántas veces has abandonado una página por puro aburrimiento?
Ajá.
Sabes de lo que te hablo, ¿verdad?
Ese tono corporativo soporífero tan pesado y rimbombante: “somos una empresa líder del sector”; “nuestro mayor activo es el compromiso con el cliente”.
Bla, bla, bla.
Y más bla.
Bostezos, lectura rápida en diagonal (con la esperanza de que la cosa cambie más abajo) y, en el mejor de los casos, huir de tu blog para mirar el móvil.
Y, en el peor, acabar visitando el de la competencia, que también tiene cosas muy chulas que ofrecer sin que den ganas de echarse una siesta.
Error garrafal #3: no diferenciarse de la competencia con un estilo propio.
Además de ser un antídoto bastante efectivo contra el aburrimiento (salvo que seas un muermo), para que el lector se identifique contigo.
Para ganarte su confianza: si has sido honesto y has demostrado tu conocimiento sobre tu sector, ¿por qué no confiar en ti?
Tienes lo que necesita, le puedes asesorar sobre lo que más le conviene y, además, sabe que no le vas a engañar.
¿Para qué perder más tiempo —y quién sabe si dinero— buscando más opciones?
Ser tú mismo te ayuda a crear marca y te diferencia del resto.
Te acerca a tu cliente y generas una confianza que, hablando como una máquina, nunca conseguirías.
Si te lo dijera, no serías tú mismo, ¿no crees? 😉
Muestra tu encanto al mundo y conquístalos a todos con tu carácter y tu estilo.
Les vas a encantar.
Seguidor + diferenciación + confianza = ¡cliente a la vista!
¿Para qué sirve el SEO?
¿No hemos quedado en que no había que escribir como una máquina? ¿Y en que había que hablar a los clientes con cercanía?
¿Qué pinta el SEO en todo esto?
Así que crees que el SEO consiste en apelotonar palabras clave en una web, ¿eh? En fin, no eres el único.
Pero no. Esta vez no has acertado.
Aunque, ¿qué más te da a ti eso del posicionamiento? Estás en Internet, ¿no? Pues ya te encontrarán.
Ya.
Siento ser yo quien te dé esta mala noticia, pero no: #esonovaapasar.
Y ahora piensa: ¿en cuál de las páginas dejas de leer los resultados?
Sé sincero.
Pues eso. Internet es una jungla. Y el SEO es tu amigo.
Porque te ayuda (mucho) a posicionar tu blog en Google (es decir: a que te encuentren).
Error garrafal #4: no facilitar la tarea a Google.
Sí, sí: ya sé que eres nuevo en esto (y que al oír el término SEO te tiemblan las piernas).
Te entiendo.
Pero no te asustes; estos 3 consejos básicos sobre SEO te distinguirán de todos esos otros blogs que no los siguen (y que Google listará detrás de ti 😉 ).
Y son muy sencillos.
Mira:
Dentro de lo posible, no escribas el típico título soso que no llama la atención de nadie. Genera curiosidad o interés.
Que den ganas de entrar en tu blog. Pero bien, ¡con alegría!
En realidad, esto no está relacionado con el SEO, pero sí con la cantidad de personas que entran en tu página. Es una invitación al clic.
De esas con sonrisa irresistible, ¿sabes?
Por supuesto. Las palabras clave son importantes, pero no las uses sin ton ni son, sin venir a cuento o saturando el texto. Qué mal suenan la repeticiones, ¿verdad?
Tiene que leerlo una persona. Recuérdalo.
Escribe el texto que te gustaría leer a ti. Al fin y al cabo, eres un humano.
¿No?
Espera, espera... ¿Que optimice el qué?
OK, perdona el palabro. En realidad, el snippet es algo que estás harto de ver, y es que no es otra cosa que esto…
Este es el snippet de la web de Javi Pastor (holi, Javi 😉 ).
Ahora te queda más claro, ¿verdad?
El snippet es el texto que Google muestra en sus resultados (y que nos tiene que convencer para hacer clic).
¿Pillas ahora por qué es tan importante?
Al leerlo, debes saber exactamente qué vas a encontrar en la web. Si te interesa o no. Y, si es que sí, pinchas el enlace sin vacilar.
¡Venga, p‘adentro!
¿Ves?
Parece una tontería, pero un snippet bien hecho atrae muchos más visitantes que uno descuidado.
Sobre todo esos tan largos que acaban con puntos suspensivos, ¿a que sí?
Para conseguir un buen snippet puedes usar SEO mofo. Es una herramienta gratuita muy útil para ver cómo aparecería tu post en Google.
Instrucciones básicas para un snippet decente:
El SEO es complicado, sí. Por eso he pensado que quizás te interese escuchar una entrevista de Javi Pastor a Dean Romero; aquí sí que vas a encontrar chicha sobre SEO. Y de la buena.
Llegamos al final del post y ya deberías saber destrozar un blog mejor que nadie. Utiliza tu superpoder para hacer el bien.
Sin embargo, hay aún algunas cositas que pueden hundir un blog antes de que el lector lea su contenido.
Y sí, tienen que ver con el formato.
Atento, que es el regalo.
Cómo hacer de tu blog un repelente de lectores:
Sigue todos estos consejos y convierte tu blog en un engendro cibernético.
Si te esfuerzas, sé que tú puedes. ¡Haz que me sienta orgullosa de ti! Y si necesitas ayuda, me tienes por aquí.
¿Listo para empezar a torpedear tu blog? ¿Cuáles de estas técnicas maliciosas vas a seguir?
¡Cuéntamelo todo!